14 de diciembre de 2011

Un bello recuerdo de la vida, no ?

En ese momento me di cuenta de que el tiempo había retrocedido bastante. En el instante en que me dijiste que me amabas y que nada mas te importaba. Fue ahí cuando descubrí que algo andaba mal... o bien. Pero tu cara estaba igual que en el recuerdo más reciente que tenía y mi pelo estaba igual de largo que el día anterior. Eso era lo que hacía realista a esta ilusión. Tus palabras nuevamente me dejaron sin aliento e hicieron explotar mi corazón. Una vieja costumbre. Sin poderte responder, te tomé las manos. Eras real, eras vos, aunque seguía sin creerle a ninguno de mis sentidos. Comencé a temblar. Tenía miedo, dolor, incertidumbre, asombro, nervios. Las palabras seguían fluyendo de tu boca que no pude dejar de mirar sin disimulo. Seguiste hablando, uniendo y destrozando mi corazón una y otra vez. Mi respiración comenzaba a cortarse. Te perdonaste mientras de tus ojos brotaban lágrimas. Las más reales y sinceras lágrimas que pude ver jamás. No pude hacer otra cosa que tomarte entre mis brazos sin poder articular una palabra, sin poder reaccionar. Y en ese silencio, me besaste. Era completamente real, era tu boca dándome respiración, era volver a volar. Y sonó el despertador.