Cuando tocamos fondo vemos claramente el mundo. Nos damos cuenta de los errores que hemos cometido, y son ellos los que nos ayudan a seguir y ser mejores personas hoy. Cuando conseguimos perdonar es un acto de valentía, libera nuestros temores, libera nuestro corazón y nuestra alma. Así sucede cuando pedimos perdón. A veces perdonar y pedir perdón nos cuesta años hasta décadas. Nos mantenemos cautivos de la realidad, y la realidad es esta: somos humanos. Esta en nosotros cometer errores y también está en aprender de ellos. Solo basta esa pequeña pizca de Fe para poder obtener el valor y enfrentar las cosas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario